Pero nunca es tarde si la dicha es buena y de nuevo lo retomo. Esta vez reciclando unas simples cajas de cerezas o fresas.
La verdad es que dan mucho juego y si dejas volar la imaginación y con materiales que tengas por casa, se pueden llegar a hacer cosas super bonitas.
Yo empiezo pintando la caja tanto por fuera como por dentro, de colores que contrasten o resalten uno con otro. Luego, forro un cartón de la medida del fondo con fieltro o tela a juego de la pintura (normalmente de la externa). Y para finalizar, adorno el exterior con cintas, dijes, botones, lazos, etc.
¿Qué os parece el resultado? Os muestro algún ejemplo más. Muack. Hasta pronto
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